12-jun-2019 12:00:00
Es bien sabido que en una empresa, mientras más motivado esté un empleado mayor será su rendimiento y productividad. A veces la falta de motivación laboral es debido a cuestiones internas y personales en donde la empresa no puede intervenir, sin embargo, hay muchísimas maneras en que se puede fomentar la motivación externa en el empleado, y como jefes se tiene el deber de procurar el mejor ambiente para que los empleados den lo mejor de ellos. Por eso aquí te dejamos unos pasos a seguir para mantener a tus empleados motivados:
Cuando el empleado se siente verdaderamente parte de la empresa, se relaciona con sus valores y sus metas, la motivación viene por sí sola. Ese sentimiento de identificación es primordial para mantener al empleado motivado a continuar su trabajo ya que se siente parte de algo importante y para lo que le interesa hacer su mejor esfuerzo.
Nada desmotiva más que no tener una meta clara. Cuando el empleado sabe exactamente cuales son sus objetivos, a corto y largo plazo, sabe el tiempo que tiene para cumplirlo y conoce el aporte de su trabajo en la compañía inmediatamente se siente motivado, por lo que es importante procurar que todos los empleados sepan exactamente lo que se espera de ellos, y resolver cualquier duda o preocupación en cuanto surja.
Es normal que un trabajo se vuelva repetitivo, poco emocionante y que el empleado se aburra, por ello, procura cada cierto tiempo ofrecer nuevos retos, ya sea personales o para la empresa general, para que de esta manera el empleado tenga nuevos obstáculos que vencer y se sienta motivado a hacerlo, para salir de la rutina y para probarse a sí mismo.
Puede que no se le de la importancia, pero la calidad de beneficios que se le ofrece al empleado por su trabajo es de suma importancia para su nivel de motivación: si el empleado siente que la empresa se preocupa por él ofreciéndole las mejores condiciones laborales, salarios y prestaciones, el empleado se siente cómodo y dispuesto a cumplir con todas sus obligaciones con la empresa de la mejor manera.
No se trata de premiar cada pequeña cosa, pero sí prestar atención a los logros de los empleados y ofrecerles algo a cambio de su buen trabajo, aunque sea meramente simbólico. Procura tener ofrecer un incentivo a tus empleados si consiguen algún objetivo en un plazo determinado, y verás como la motivación brota de ellos.
Llegar al trabajo y ser recibido con pésimo ánimo y no contar con nada de sentido de pertenencia hacia los compañeros puede desanimar a cualquiera. Procura fomentar un ambiente de trabajo en equipo y compañerismo, ya sea con actividades de integración que los saque de la rutina para formar vínculos y relaciones más allá del trabajo o ir monitoreando el ambiente entre ellos y tratar de resolver conflictos. Un equipo unido es un equipo motivado.
Finalmente, todo empleado quiere sentir que está mejorando y avanzando en su desarrollo profesional, por eso, la empresa debe buscar oportunidades para ayudarles en ese desarrollo, ya sea ofreciendo cursos, talleres o becas para continuar su educación, o poner en sus manos las oportunidades para desarrollar sus propias ideas y proyectos y obtener un sentimiento de autorrealización. Saber que tienen todas estas opciones a su alcance, y sobre todo que cuentan con el apoyo de la empresa, motivará al empleado a mejorar cada día y aprovechar las oportunidades.
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